– sudoración
– temblor o sacudidas musculares
– sensación de respiración dificultosa o ahogo, sensación de asfixia
– dolor o molestias en el pecho
– náuseas o malestar abdominal
– sensación de vértigo, inestabilidad, mareo o pérdida de conciencia
– desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización(sentirse separado de si mismo)
– miedo a perder el control o volverse loco
– miedo a morir
– parestesias (sensaciones de adormecimiento o cosquilleo)
– ráfagas de frío o calor
– No caer en el rol del enfermo. Hay que seguir llevando una vida normal. La ansiedad es algo interno y no debemos culpar al mundo que nos rodea de lo que nos está sucediendo. Las circunstancias no desencadenan los ataques de ansiedad.
– No anticipar pensamientos negativos relacionados con la ansiedad. Cuando más pensamos en un posible ataque de ansiedad más nos estamos predisponiendo a padecer uno. Estamos en estado de alerta y cualquier estimulo neutro puede percibirse como negativo.
– Entender la ansiedad. La ansiedad es miedo y el miedo no nos hará morir ni volvernos locos.
– Centrar la atención en otra cosa, distraerse.
– Aprender técnicas de relajación y respiración.
– Nunca dejar de hacer lo que estamos haciendo. No huir del lugar en el que estamos. Hay que enfrentarse a ello. No nos va a pasar nada.
-No enfadarse con uno mismo ni culparse de ello. La culpa y el enfado pueden llegar a deprimirnos al no aceptarnos a nosotros mismos.
– Pedir ayuda. No nos hace débiles necesitar ayuda. Al tener una enfermedad física acudimos al doctor y no nos sentimos mal por ello.El psicólogo te va a ayudar a seguir las pautas necesarias para superar la ansiedad.No debemos llegar al extremo de poner en peligro nuestra calidad de vida cuando sabemos que la ansiedad es un problema, desgraciadamente, cada vez más común, y que tiene solución si uno realmente quiere y se deja ayudar.
Comments are closed.